Venecia, uno de los principales destinos turísticos del mundo y hogar de un invaluable patrimonio cultural está bajo el agua, y se ha declarado una emergencia.
Esto como consecuencia de la emergencia climática y de la subida del nivel del mar que se advierte hace décadas sin que se hayan tomado medidas.
Se trata de la peor inundación en más de medio siglo, y tesoros como la Basílica de San Marcos están en riesgo de sufrir un daño catastrófico.
El nivel de las aguas alcanzó 1.87 metros de altura, históricamente solo han sido superadas por la gran inundación de 1966.
Se calcula que el 85% de la ciudad quedó bajo el agua, ya que el grueso de su superficie se encuentra a un máximo de 1.4 metros sobre el nivel del mar.
La zona más importante de la ciudad, la plaza de San Marcos, fue uno de los puntos más afectados.
Se trata del lugar donde se levanta la Basílica de San Marcos, el palacio ducal y la torre del reloj, todos símbolos de la ciudad de los canales.
La cripta de la basílica se encuentra totalmente bajo el agua, y el arzobispo de Venecia, Frencesco Moraglia, advirtió que el monumento ha sufrido un daño estructural que podría ser irreparable.
Además de que la humedad debilita las columnas que sostienen la iglesia, el agua del mar se mete entre los mosaicos y la sal se queda ahí una vez que se seca, causando un daño permanente en estas obras de arte.
Desde su construcción en 1,200, la basílica se ha inundado seis veces, y cuatro de esas ocasiones se han dado en las últimas dos décadas.
El daño, sin embargo, no se limitó a esta zona histórica.
El portal thelocal.it entrevistó a venecianos como Tiziano Collarin que contó como la inundación fue impresionantemente rápida y como en cuestión de minutos las ventanas de casas y hoteles estallaron, provocando que varias personas perdieran todo.
Se han reportado hasta el momento, dos muertos.
Embarcaciones quedaron arrumbadas en calles hasta donde el agua las llevó, y desechos de los drenajes, así como cientos de ratas muertas provocan además riesgos de salubridad.
Miles de turistas evacuaron, aunque otros se quedaron y trataron de ver la ciudad mientras andaban con el agua hasta las rodillas.
Las lluvias siguen en Venecia, y se esperaba que pudiera haber una nueva inundación.
Venecia y el cambio climático
La inundación de Venecia es catastrófica y fue señalada por el alcalde Luigi Brugnaro como una consecuencia directa del cambio climático.
Aunque en octubre las condiciones climáticas llevan a un fenómeno de marea alta como consecuencia de la temporada de lluvias y los vientos que traen aguas del mar Adriático, la gravedad que se vio este año no es natural.
De acuerdo la meteoróloga de la BBC, Nikki Berry, si bien no existe un único factor que provoque el fenómeno, su frecuencia, cinco veces en los últimos 20 años, se debe a la emergencia climática y a que Venecia es particularmente vulnerable.
Por décadas científicos han advertido del cambio climático y los gobiernos del mundo no han hecho nada, hace tiempo que se sabe que las ciudades costeras son especialmente vulnerables.
Venecia en particular está en riesgo y lo que acabamos de ver muestra que pasar a una economía de carbono es urgente, pese a lo cual el grueso de los países sigue sin actuar.
En Italia, desde 1984 existe un proyecto para proteger Venecia, el proyecto Mose.
Pese a que se trabaja en el desde 2003, la corrupción y falta de interés de las autoridades han provocado que aún no esté operativo.
Se trata de 78 puertas en la laguna para controlar el paso de las aguas, pero pruebas recientes mostraron que la tardanza en ponerlo a trabajar ya ha provocado que parte de la estructura esté oxidada y deba remplazarse.
Los venecianos también llevan años advirtiendo del daño que la industria de los cruceros les causa.
Además de que son altamente contaminantes, los enormes cruceros, que llevan turismo masivo a la ciudad, erosionan las barreras naturales de la laguna, destruyendo su ecosistema.
Pese a los llamados a llevar estas embarcaciones lejos del puerto, la oposición de la industria y el desinterés de las autoridades centrales han impedido llevar esto a cabo.
A inicios de año, los riesgos que vive Venecia, llevaron a que se solicitara su ingreso a la lista de Patrimonio en Peligro de la UNESCO.
El organismo opto por no escuchar la petición, del mismo modo que no actuó para proteger Hasankeyf.
Para evitar esta crisis que pone en riesgo todo nuestro mundo, debemos aplicar la sostenibilidad a todo, y dejar atrás los hidrocarburos.
En el caso de los viajes, se debe implementar un turismo sostenible.
Si no se actúa, Venecia puede perderse para siempre, y no será el único lugar.
He visitado 23 países de cuatro continentes y mi filosofía es que, en todo lugar hay algo por descubrir.
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